Mentir cuesta cada vez más caro SIEMPRE.
Podría seguir mintiendo, manteniendo presión violenta para controlar los números o destapar la olla.
La idea de mentir como política monetaria ya la probamos durante muchas muchas décadas en Argentina y JAMÁS funciona.
La pobreza de Argentina ya existía; la mentira solo la perpetua para la ganancia de unos pocos.